Mejores tours y excursiones desde Lisboa: qué hacer en la capital portuguesa

Absolutamente sí. Lisboa es una ciudad con mucho que ofrecer, pero lo que la rodea es igual de fascinante. Hacer excursiones desde Lisboa amplía enormemente la experiencia de viaje, permitiéndote conocer la diversidad natural, histórica y cultural de Portugal en trayectos de menos de una hora.

Sitios como Sintra, Cascais, Estoril o Évora tienen una identidad propia, y lo mejor es que son accesibles en tren, autobús o incluso coche. Puedes pasar del bullicio lisboeta a palacios de cuento, playas tranquilas o ciudades medievales en menos de lo que tarda un almuerzo.

Además, hacer excursiones ayuda a equilibrar el ritmo del viaje. Lisboa es intensa: colinas, tranvías, barrios vibrantes. Salir por un día a un lugar más relajado puede ser justo lo que necesitas para volver a la capital con energías renovadas.

¿Vale la pena? Sí, sin dudarlo. Son escapadas fáciles, económicas y ricas en contenido. Te permiten entender mejor la identidad portuguesa y vivir el país más allá de su capital.

Durante mi viaje a Lisboa, decidí dedicar varios días a hacer excursiones cortas. Y fue una de las mejores decisiones. No solo por lo que vi, sino por lo que sentí: Portugal es mucho más que Lisboa, y cada lugar tiene algo único que contar.

Empecé por Sintra, y me enamoré. Los palacios parecen sacados de un sueño, y el microclima le da un aire misterioso. Pasear por los jardines del Palacio da Pena o perderse en la Quinta da Regaleira fue como entrar en un cuento.

Luego fui a Cascais, un pueblo costero encantador. Comí marisco frente al mar, caminé por la Boca do Inferno, y entendí por qué era el destino favorito de la realeza portuguesa. Fue un día simple, pero lleno de paz.

También visité Évora, ya algo más alejado. Allí descubrí un Portugal más interior, con vestigios romanos, calles empedradas y una catedral imponente. Fue un salto atrás en el tiempo.

Mi consejo: No te quedes solo con Lisboa. Dedica al menos 2 o 3 días a explorar sus alrededores. Son fáciles de organizar, económicos y, en muchos casos, inolvidables. La capital es vibrante, pero las afueras… te muestran el alma tranquila del país.