Los mejores miradores en Lisboa para ver la ciudad desde las alturas

Sí, absolutamente merece la pena visitar los miradores de Lisboa. De hecho, son una parte esencial de la experiencia en la ciudad. Lisboa se vive desde sus cuestas, pero se comprende desde sus alturas.

Cada mirador (o “miradouro”) ofrece una perspectiva única: no solo de la ciudad, sino también de su ritmo, su luz y su historia. Desde el Miradouro da Senhora do Monte hasta el de Santa Catarina o São Pedro de Alcântara, cada uno tiene su atmósfera especial.

Muchos de ellos son gratuitos, accesibles caminando o en tranvía, y algunos incluso cuentan con música en vivo, cafeterías o artistas locales. No se trata solo de tomar una foto bonita, sino de parar, respirar y dejar que la ciudad se muestre en calma.

Si vas a Lisboa y no visitas al menos un par de sus miradores, te estarás perdiendo una de sus esencias más profundas. Son su alma panorámica.

Recorrer los miradores de Lisboa fue una de las cosas que más disfruté durante mi viaje. No tenía una ruta definida, simplemente me dejé llevar por las cuestas y las callejuelas, y siempre terminaba en lo alto, con la ciudad desplegada a mis pies.

El primero que visité fue el Miradouro de São Pedro de Alcântara. Llegué al atardecer y me encontré con una mezcla de viajeros, músicos y lisboetas leyendo al sol. La vista del castillo y el barrio de la Baixa iluminado por la luz dorada fue hipnótica.

Luego descubrí el Miradouro da Graça, más tranquilo, y el de Santa Luzia, cubierto de buganvillas y azulejos. En cada uno me senté, respiré y sentí que estaba entendiendo algo profundo de la ciudad: su lentitud, su belleza sin artificio.

Mi favorito, sin duda, fue el Miradouro da Senhora do Monte. Subí con esfuerzo, pero la recompensa fue absoluta: Lisboa, entera, frente a mí. Me quedé allí largo rato, sin mirar el reloj. Porque hay lugares que no son para pasar, son para quedarse.